INNOVADORES Personajes únicos
'Apps' israelíes y diseño BCN
publicado por ÀLEX CLARAMUNT
Barcelona en El Mundo
Laura Tapias, vicepresidenta para España y Latinoamérica de Applicaster, en el Disseny Hub de BCN J. SOTERAS |
Laura Tapias es vicepresidenta de la empresa israelí de aplicaciones televisivas Applicaster para España y América Latina.
En febrero de 2011 lanzó el canal de pago para niños Canal Panda.
En 2011 Laura Tapias lanzó Canal Panda en España con un difícil reto: encontrar un espacio dentro de la televisión de pago para niños con un presupuesto limitado y competidores de la talla de Disney o Nickelodeon. Un año después conoció la start up israelí Applicaster en una feria de televisión, y la fusión de los potenciales respectivos dio resultado. "Me cogí un verano sabático y fui a estudiar hebreo a Tel Aviv", explica Tapias. Allí pudo visitar la compañía y conocer al equipo. Le propusieron quedarse y ya lleva dos años como vicepresidenta para España y Latinoamérica.
A los usuarios españoles les sonará la app Mitele, que permite interactuar con el reality show Supervivientes o hacerse amigo de los participantes de Ciega a citas de Cuatro. "Esto es tecnología israelí de Applicaster", revela Tapias. La compañía israelí está fraguando la televisión del futuro a través de apps para smartphones y tabletas con una idea clara: que el espectador conozca mejor los contenidos, participe activamente votando, acceda a diferentes puntos de vista, y, si no puede ver un programa en directo, que pueda verlo en otro momento. Israel, cuenta Tapias, es el lugar ideal para experimentar en este sentido. "Es un país de siete millones de habitantes con 14 millones de dispositivos móviles, y además son high users".
"Una 'start up' es un 'balagan', un desorden donde todo el mundo hace de todo"
¿Cuál es la ventaja de Applicaster? Que Tapias sabe cómo funciona un canal de televisión por dentro y es capaz de transmitir a sus clientes la importancia del mundo digital en la captación de audiencia y la creación de contenidos atractivos e inteligentes. Su experiencia, además, ha ayudado a la compañía a internacionalizarse y abrirse a nuevos mercados, en especial a España, Latinoamérica y los hispanohablantes de Estados Unidos, "de forma que podemos exportar la televisión de tecnología israelí a todo el mundo", cuenta.
Applicaster es una simbiosis de tecnología israelí con diseño barcelonés: conocimiento y visibilidad, dos cualidades que se complementan bien. Tapias, de hecho, estuvo en Barcelona la semana pasada con ocasión de la BCN-Israel start up connection en el marco de la BCN Design Week, organizada por Barcelona Centre de Disseny. "En Barcelona tenemos un sentido más internacional y nos centramos en dar un branding, un lenguaje y una imagen a nuestros proyectos. En Israel se dedican a que la tecnología funcione", explica. En su opinión, el panorama de start up de Barcelona es menos sólido de lo que parece, con muchas empresas asentadas que se presentan como tales. "La start up es un desorden donde todo el mundo hace de todo, no una empresa con 10 años de trayectoria", arguye. En Israel usan la palabra Balagan, que significa, literalmente, "lío".
"Si tienes ganas de aprender, trabajar en Israel es lo mejor que te puede pasar"
Tapias describe el de Israel como un panorama fabuloso para la emprendeduría. "El gobierno ofrece ayudas y hay muchas empresas angelsque convocan encuentros para ver si hay algún proyecto que les interesa e invertir en él", dice. Algo que la ha sorprendido gratamente es el carácter israelí: "la gente pasa tres años en el servicio militar, cuando acaban estudian una carrera, y al salir montan una empresa con cuatro colegas". Israel, además, es un polo que atrae talento de todo el mundo. "Hay cantidad de culturas e idiomas y gente joven muy preparada. Lo único que les falta es experiencia", explica.
Trabajar en Israel es una experiencia multifacética, cuenta Tapias: "Si eres una persona inquieta, con ganas de aprender y de que las cosas sucedan, es lo mejor que te puede pasar". De su experiencia con lastart up Applicaster cree que podemos aprender a no tener miedo al fracaso, atrevernos a realizar cualquier idea para ver cómo acaba y aprovechar el día a todos los niveles. "Si es necesario trabajar el fin de semana se hace, y se lleva el perro y el bebé a la oficina", explica. En Tel Aviv ha trabajado "como nunca", admite, pero explica también que allí vive sin formalismos y que ha sido capaz de encontrar su propia esencia.